Parece mentira, pero ya ha pasado otro año. Somos todos un año más viejos y espero que un año más sabios. ¿Sabes? Cuantos más años cumplimos más seleccionamos los recuerdos y menos recordamos lo malo. Será por eso que la Navidad es tiempo de dulce, de pastel, de bizcocho, de turrón

Ya está aquí la Navidad. Ya se ha presentado el anuncio de la Lotería, ya han comenzado a adornar los centros comerciales y en breve nuestras calles se engalanarán repletas de luces. Y sonará la musiquilla con los villancicos por todas partes. 

Tenemos asumido, por obra y gracia de la publicidad, que lo que vuelve a casa por Navidad es el turrón, pero ¿te has atrevido a hacerlo tú alguna vez? Nunca es tarde y si te animas te podemos ayudar. Ya sabes, ayudarte a hacer realidad tus deseos más dulces es nuestra razón de ser.

Pero tú y yo sabemos que lo que vuelve a casa por Navidad no es solo el turrón. De hecho, lo que siempre vuelve a casa por Navidad es el recuerdo, la añoranza y, si hay niños de por medio, la ilusión. 

Vuelve la Navidad con todo lo que eso conlleva y en Cocina y Repostería estamos seguros de que lo que siempre vuelve a casa por Navidad son esas magdalenas o aquellos bizcochos que hicimos con nuestra madre, quizás con nuestra abuela, en aquella Navidad inolvidable.

Os vamos a hacer una propuesta especial para esta Navidad, especialmente si tenéis hijos: sembrad buenos recuerdos y os recordarán siempre.

Parece complicado, pero no hay nada más fácil. ¡¡Hagamos magdalenas!!

Ya, es muy posible que tengáis que buscar los moldes rígidos en el fondo del armario. Ponedlos en primera fila y ya veréis cómo los usáis más a menudo.

¿Papeles? ¡¡Uf!! Te los mandamos hoy mismo si nos los encargas, que sabemos lo que es un pedido urgente. ¿Redondos tradicionales?

¿Alargados para valenciana? ¿Con forma de oso? ¿Decorados para la ocasión? ¿Cuadrados? ¿Quieres algún adorno para las magdalenas? ¿O un adorno a secas, sin magdalenas como excusa? Mira que tenemos de todo…

Venga, que ha llegado la hora de la verdad. Busca a los pequeños de la casa y proponles la aventura: ¡¡Vamos a hacer magdalenas!!

No olvides los delantales ni la sonrisa. Te vas a divertir de lo lindo viendo al enano hundir las manos en la harina y enamorarse de su tacto; te vas a divertir más aún viendo a la preciosidad de la casa dándole a la varilla para batir los huevos hasta que se mareen del todo; te vas a divertir viéndoles manejar la mezcla de leche, huevo, aceite, azúcar y ese pellizco de sal que siempre preguntan por qué se tiene que echar.

Rellenad los moldes y ponedlos en el horno. Avísales de que no pueden pegar la nariz al cristal y empieza a hacer fotos. ¿Cuánto darías ahora si tuvieras tú la foto de ese momento? Pues eso, siembra buenos recuerdos y, por si no fuera suficiente, inmortalízalos. Son las ventajas de la era digital…

PD.- Y si no te van las magdalenas, ¿qué tal aquél bizcocho con leve sabor a limón que había la abuela?

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