No, de este año no pasa, lo prometo. Cada año hago una lista de propósitos que luego no cumplo, pero este año va a ser distinto. De entrada, el primer propósito de este año ya está cumplido. ¡¡He hecho mi primer Roscón de Reyes!!

Gracias a la receta genial que nos dejó el otro día en el blog Isabel Abellón, de La Boutique de la Galleta, me animé a incluso superé la prueba con nota, con el añadido de que me permití el lujo de hacer yo mis propias naranjas confitadas siguiendo una sencilla receta de mi abuela, de esas en las que todo el truco es el fuego lento e ir removiendo cada poco rato.

El caso es que quedó estupendo y me he venido arriba y voy a poner negro sobre blanco la lista de propósitos sencillitos para este año. He descubierto que hay que ser modesto y procurar cosas alcanzables, que del resto ya se ocupa la vida de que nos las alcancemos.

Por tanto, para este mes de enero vamos a hacer tres propósitos sencillos. El primero va a ser hacer pan los fines de semana. Entro dentro de la categoría de entusiastas del pan y me he prometido que voy a aprender, a mimar mis masas y a conseguir panes de categoría. Y mira tú por dónde ya le he echado el ojo al estupendo Bol de fermentado rápido que Cocina y Repostería ha incluido en su catálogo.

La idea es comenzar con panes sencillos y empezar a experimentar con ideas que tengo en la cabeza. Una amiga hace un pan integral de espelta con cereales y pasas que está para chuparse los dedos, así que nos ponemos ya manos a la obra.

El segundo propósito es seguir con la dinámica de hacer cada semana con los niños un bizcocho, unas magdalenas o unos mug cakes. Les encanta ponerse su delantal y ponerse perdidos del todo con la harina y los huevos. Me da la sensación de que es precisamente eso lo que más les gusta y que el resultado final es lo de menos. Total, que pasamos un buen rato y poco a poco conseguiremos que las magdalenas crezcan más o que el bizcocho no se nos quede tan hecho por la base.

Para esta tarea tengo reservada esa tarde que todas las semanas tienen tonta los niños. Esa tarde en la que no salimos y están realmente pesados. Sin fecha fija. En cuanto vea que las cosas empiezan a torcerse, ¡¡a por los delantales!!.

Me iré pertrechando de más moldes, que no es cuestión de hacer siempre las mismas formas y tamaños y los hay hasta con forma de corazón. Y con este preparado para galletas podemos salirnos un día un poco de lo habitual. Incluso podemos atrevernos a hacer algún día una tarta. En fin, apunto también discos para tarta, que hay que tener preparado todo…

¿Y el tercer propósito? Pues como todo lo que me gusta lleva harina y es dulce, habrá que contrarrestarlo. No soy de gimnasio, ni de correr, pero andar una hora diaria sí que puedo hacerlo. ¡¡Y lo voy a hacer!!

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